El movimiento es parte esencial en la vida del ser humano, es mediante el mismo como las personas abordan las tareas básicas de supervivencia, exploración del entorno, relación con la sociedad y comunicación, siendo un instrumento fundamental de interacción social
La motricidad considera el movimiento como un medio de comunicación, expresión y relación con los demás, teniendo un papel fundamental en el desarrollo armónico de la personalidad, debido a que los niños y niñas no solo desarrollan sus habilidades motoras, sino que esta les permite integrar el pensamiento, las emociones y la socialización
la educación motriz es vital para el desarrollo sistemático de los movimientos del cuerpo, cuyo fin es promover la consecución y desarrollo de hábitos, habilidades, aptitudes y destrezas de tipo psicomotor que contribuyan al desarrollo pleno, armónico e integral de los niños y niñas.
La conducta motriz es el modo en el que cada persona
interpreta su motricidad, expresión singular y personal. La realidad humana se
constituir como un sistema inteligente (Martínez, 1986, 1998; Sanvisens, 1984)
que se nutre de todas y cada una de las diferentes dimensiones: afectividad,
emociones, relaciones sociales, percepciones, sensaciones, experiencia
acumulada, pensamientos, potencialidad motriz, etc.
Centrar la atención pedagógica en el sujeto que aprende, en
las peculiaridades de cada persona, supone una auténtica revolución, algo
parecido a lo que supuso considerar a la Tierra como un planeta del sistema
solar. El alumnado se convierte en el objeto central y prioritario de la acción
educativa y, consecuentemente, se respeta la singularidad de cada uno de ellos.
Esta acción afecta a sus emociones como sustrato biológico, adaptador de la
vida y eslabón determinante en la construcción de la subjetividad, así como a
su repertorio motor como medio de hacer viables las competencias motrices, la
regulación de su afectividad, de las relaciones con los demás, de la evolución
del pensamiento, de las creencias (Lipton, 2007) y de la personalidad. El
cerebro escribe con el lenguaje del cuerpo: “El resultado inmediato de las
emociones es un cambio temporal en el estado del propio cuerpo, y en el estado
de las estructuras cerebrales que cartografían el cuerpo y sostienen el
pensamiento” (Damasio, 2005, p. 56). La intención pedagógica de optimizar las
conductas motrices actúa sobre la unidad del ser.
Una educación que trata al ser humano en toda su realidad
distintiva, que puede ser capaz de adentrarse en la subjetividad misma de cada
persona, puede ayudar como ninguna otra a facilitar el proceso vital de los
humanos por la senda del bienestar y la felicidad. Con la educación de las
conductas motrices se aborda, si se aplica con criterio su formulación teórica,
la educación emocional, la identidad motriz y el aprendizaje de los valores
socialmente necesarios. Se trata pues de una pedagogía activa que, al influir
en la optimización de las conductas motrices de las personas, tiene en cuenta
su motricidad, su termorregulación, así como la autoconciencia, es decir, su
identidad.
En el contexto de una educación basada en la toma de
decisiones el componente cognitivo está íntimamente ligado a una extraordinaria
implicación emotiva personal, donde la lógica interna de las situaciones
motrices empuja a la persona a conocer sus limitaciones y potencialidades. En
el caso de las situaciones motrices carentes de incertidumbre espacial y social
(sin adversarios o compañeros), como las psicomotrices realizadas en un medio
estable, la persona que actúa también piensa y siente: estimando distancias y
evaluando la acción muscular necesaria con la que intervenir.
En cualquier caso, dado que la conducta motriz implica
siempre un proceso de adaptación permanente (Parlebas, 2001) a la lógica
interna de la situación motriz en la que se interviene y participa, su proceso
de optimización también será siempre inacabado y susceptible de mejora, en la
medida que su evolución acompaña los cambios de la vida.
Qué aspectos y principios pedagógicos le convierten en un
método original y necesario en la sociedad de hoy? 1º) Considera a la vida
misma como el
escenario pedagógico ideal
para impartir las
sesiones de educación
física. Esto puede parecer un concepto confuso e impreciso
en primera instancia, pero es la base que permite no perder el rumbo con la
aplicación del método. Dentro de
ese mirar la vida
hay que tener presente diferentes
aspectos: el trabajo, el
ocio, la recreación, los
deportes y el comportamiento más cotidiano, todos los
ámbitos de la vida humana, ya que en ellos siempre está implicada la
motricidad. Todas las propuestas que hace Movitransfer en las sesiones que se
programan anualmente tienen su principio y fin en la propia vida, en lo
más habitual y cotidiano,
por esto se trata
de una educación
en la vida y
para la
vida, siendo la motricidad
su guía y orientación
básica, como el
resto de animales, pero en el
caso de los humanos, aplicando la facultad
de ser conscientes
del proceso y de sus logros (Lagardera, 2007b). La motricidad es una
cualidad humana que viene otorgada con el nacimiento y que se desarrolla de
manera espontánea durante la infancia, evolucionando a lo largo de toda la vida, no siempre
favorablemente. La cultura, la familia, la escuela y la
sociedad en general, van
modelando esta motricidad original, a veces en aras de la excelencia o la
maestría altamente especializada, la salud, el trabajo o la recreación,
limitándose así progresivamente en sus posibilidades de acción, en su
repertorio motor (Lagardera, 2009). Con
la motricidad no ocurre
lo mismo que
con la mayoría de conocimientos y saberes discursivos y
declarativos. No hay que aprender a correr
o a saltar de
manera natural del mismo modo que
se aprende a hablar un idioma
extranjero o a
resolver una ecuación matemática. En el ámbito de la educación física
los saberes, por ser de naturaleza motriz, son procedimentales (Parlebas, 2001)
y esta evidencia, con excesiva frecuencia, se olvida o no se entiende. Para
aprender a nadar, a patinar o a circular en bicicleta las personas
necesitamos experimentar la
práctica motriz para
aprender a adoptar las conductas
motrices necesarias que nos capacitan lograrlo.
Evaluación de la conducta motriz
La evaluación de las conductas motrices es un proceso
constante en el método Movitransfer. Todas las pausas que se llevan a cabo en
una sesión tienen como objeto reforzar la comprensión y significación de las
tareas motrices propuestas y valorar el proceso de evolución de las conductas
motrices que van surgiendo en cada clase.
Dentro de este proceso de evolución existen algunos indicios o señales
que, tanto el profesor como los alumnos, tienen que tener en cuenta a la hora
de interpretar las conductas motrices que van emergiendo. A veces es la propia conducta motriz la que
supone la mejor vía para su interpretación, puesto que está asociada a toda una
serie de signos y señales que así lo testifican, es lo que se denomina
semiotricidad (Parlebas, 2002), que puede manifestarse en relación a la ocupación
del espacio (globalidad), a la coordinación, estabilidad y velocidad (fluidez),
a la relación con los otros (interacción motriz), a la manipulación del objeto
de juego (destreza), a la estrategia motriz (Parlebas, 2001) elegida o a todas
a la vez, pero también pueden detectarse síntomas relativos a las emociones, al
estado de ánimo o a cualquier otro rasgo personal. Al ser la conducta motriz un concepto
sistémico, unitario y global, es ella misma en su totalidad la que otorga la
información más valiosa. Pero para
empezar es preferible
aprender a detectar
algunos indicios o
indicadores básicos a
tener en cuenta: la globalidad de las conductas motrices que
se desean optimizar, la fluidez y la estrategia motriz aplicada en cada situación
motriz concreta, sin desconsiderar otros aspectos como puedan ser la propia
biografía del alumno, su afectividad o
sus destrezas en la manipulación de algún material.
Educación Física
Plantear la educación física como la pedagogía de las conductas motrices, exige identificar la lógica interna de cada situación motriz; catalogar, y describir las conductas motrices asociadas a cada dominio o familia de prácticas motrices, y realizar un seguimiento y evaluación del proceso de optimización que sigue cada alumno y alumna.
La educación física es una disciplina procedimental que utiliza las situaciones motrices para ejercer su función educativa. El ser humano como sistema inteligente al actuar motrizmente activa de modo unitario a toda la persona. Cada juego dispone de una lógica interna que desencadena diferentes tipos de conductas motrices, que son respuestas singulares que ofrece cada individuo, cargadas de sentido y significación.
Educación física es una disciplina que se centra en diferentes movimientos corporales para perfeccionar, controlar y mantener la salud mental y física del ser humano.
Esta disciplina se puede ver como una actividad terapéutica, educativa, recreativa o competitiva que incentiva la convivencia, el disfrute y el compañerismo entre los participantes.
La educación física también se refiere a un conjunto de actividades lúdicas que ayudan al individuo vincularse con el medio que lo rodea ayudando a conocer su entorno social. En este sentido, se incentiva la práctica de actividades como la danza, el entrenamiento funcional y el yoga, entre otras, con el fin de mejorar la expresión corporal e incentivar la participación del individuo en su comunidad.
CONDUCTA MOTRIZ
Comprende la actividad psíquica y motriz de la persona, tales como su lenguaje, su escritura, a través de los cuales se comprende su comportamiento.
La conducta motriz es la secuencia de respuestas motrices con nombre y apellidos asociada a una determinada persona, entendiendo su actuar de forma unitaria y global por referirse tanto a sus emociones, como a sus sentimientos, deseos y motivaciones.
Al aplicar la pedagogía de las conductas motrices se produce, de manera ineludible, un cambio de
paradigma en educación física, dado que otorgar el protagonismo del proceso educativo a la conducta motriz implica, necesariamente, que el foco de atención del docente se centre en cada una de las personas que aprenden
Se consideran los grandes movimientos corporales como las más finas coordinaciones motrices: reacciones posturales, control de la cabeza, sentarse, pararse, gateo, marcha, forma de aproximarse a un objeto, de asirlo y manejarlo.
Habilidad motora fina o motricidad fina
Las habilidades motoras finas o motricidad fina son las acciones más pequeñas. Cuando su bebé toma las cosas entre el dedo índice y el dedo pulgar, o retuerce sus pies en la arena, el pequeño está usando sus habilidades motoras finas. No se trata sólo de los dedos de manos y pies, cuando su bebé utiliza sus labios y la lengua para saborear y sentir los objetos también está utilizando habilidades de motricidad fina,
Motricidad Gruesa
Una habilidad motora o motricidad es simplemente una acción que involucra al bebé usando sus músculos. Las habilidades motoras gruesas o motricidad gruesa son los movimientos más grandes que el bebé hace con sus brazos, piernas, pies,
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